En Ciudad de México, el Estadio Azteca es único: albergó las finales de 1970 (Brasil 4–1 a Italia) y 1986 (Argentina 3–2 a la RFA). Con Pelé coronado y, 16 años después, Maradona capitán, dejó postales que modelaron eras. Además, en 2026 será la primera sede con tres Copas del Mundo; sin embargo, no albergará la final. Su altitud y su mística condicionaron ritmos; por otro lado, consolidó a México como anfitrión recurrente. Finalmente, el Azteca quedó como santuario mundialista.













