En Francia 1938, Leônidas da Silva encabezó a Brasil y fue máximo goleador con 7 tantos. Del 6–5 ante Polonia al podio, su potencia y recursos acrobáticos desbordaron defensas en Marsella y Burdeos; sin embargo, el equipo quedó tercero tras caer en semifinales ante Italia. Además, su ausencia en esa semi alimentó debate. Finalmente, el “Diamante Negro” modernizó el ataque brasileño y dejó una huella que influyó a generaciones en Europa y Sudamérica. Mientras tanto, fue Bota de Oro del torneo.












