En México 1986, en el Estadio Jalisco de Guadalajara, Francia y Brasil empataron 1–1 y la definición llegó por penales. Zico falló un penal en el tiempo regular ante Joël Bats; sin embargo, en la tanda erraron Sócrates y Júlio César, y Platini también desvió. Finalmente, Francia avanzó 4–3 y se citó con la RFA en semifinales. Además, el partido quedó como síntesis de talento y nervios: un clásico que reabrió debates sobre eficacia y gestión emocional en las grandes noches del Mundial.