En Corea/Japón 2002, el avance de Corea del Sur quedó marcado por arbitrajes controvertidos: en Daejeon, 2-1 a Italia en prórroga, con expulsión a Totti por "simulación" del ecuatoriano Byron Moreno; en Gwangju, ante España, dos goles anulados y 0-0 resuelto por penales. Aquellas noches encendieron un debate global sobre estándares y controles; finalmente, aceleraron reformas de protocolo y el camino hacia tecnologías como la línea de gol y el VAR en Copas posteriores. Un antes y después en la percepción arbitral.












