En 2014, en el Mineirão de Belo Horizonte, Alemania vapuleó 7–1 a Brasil en una semifinal que se volvió el “Mineiraço”. En seis minutos, Müller, un doblete de Kroos y Khedira desarmaron al local; Schürrle selló la goleada y Oscar descontó tarde. La ausencia de Thiago Silva y el desconcierto de David Luiz expusieron un colapso táctico. El impacto fue inmediato: revisión del proyecto brasileño y confirmación del dominio europeo que coronaría en Río. A los 29’, el marcador ya decía 5–0, récord en una semi.












