Entre México 1970 y Alemania Federal 1974, Gerd Müller encarnó al 9 implacable del Mundial: Bota de Oro en 1970 con 10 tantos y autor del 2–1 decisivo en la final de 1974 ante Países Bajos, título para la RFA de Beckenbauer. Sumó 14 goles en 13 partidos y estableció el récord histórico de la Copa, superado recién en 2006. Apodado el Bombardero, combinó potencia y oportunismo en un radio mínimo. Su olfato en el área chica, desmarque corto y giro letal definieron una era de eficacia alemana y lo dejaron símbolo del goleador que decide torneos.