En Suecia 1958, Just Fontaine firmó 13 goles en seis partidos y estableció el récord absoluto de un Mundial. En Råsunda (Solna/Estocolmo), Gotemburgo y Malmö, el francés mantuvo una eficacia demoledora; sin embargo, Francia fue tercera tras caer ante Brasil. Además, la marca —reconocida por FIFA— sigue vigente y luce casi inalcanzable por la paridad moderna y calendarios extenuantes. Finalmente, su racha condensó oportunismo, ritmo y precisión de una era ofensiva. Un listón casi inalcanzable.












